Si las cosas siguen tan igual como antes, el munícipe terminará su gestión como lo hicieron otros presidentes municipales: con un entorno turbio; él desconfiado y hasta regañado por su jefe el gobernador. Espero equivocarme...

La sociedad se pregunta el por qué los políticos, que son sus empleados, manejan a su arbitrio el dinero que pertenece a los ciudadanos.