Restaurante, descansa en paz

Vida & Sociedad
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Lo bueno es que no tengo algún negocio en Puebla, eso me da tranquilidad...

La pandemia en México quebró a un sin número de negocios. Los famosos egresos eran mucho mayores a los ingresos. Sin clientes, no hay negocio.

Uno de los principales sectores afectados fue el restaurantero. Los comensales no podían ir a comer, pues estaba prohibido. Los pocos que se podían dar el lujo de estar inscritos en alguna plataforma de entregas a domicilio, o aquellos que tenían su propia logística de entrega, pudieron sobrevivir con el 10 o 20 por ciento de sus ingresos anteriores. Se dijo en múltiples entrevistas, salían como se dice coloquialmente, tablas.

Grandes corporaciones se vieron obligadas a cerrar establecimientos, pues las rentas eran impagables con la merma en las ventas de hasta del 90 por ciento.

No existió ningún apoyo gubernamental.

Los meseros que no en pocos casos ganan el mínimo, y se compensa su sueldo con las propinas, fueron despedidos, o les bajaron el sueldo, o se quedaron con su sueldo mínimo. Lo mismo con los cocineros.

En el caso de los proveedores, también se vieron mermados sus ingresos. El del pan, de la tortilla, de la carne, de las especias, de los postres, el que publicitaba a la empresa, el despacho que diseñaba los anuncios o los manteles, los valet parking, el de las verduras, el del pollo, de los alcoholes, en fin, échale imaginación.

Pocos pudieron sobrevivir a la pandemia, muy pocos, y otros muy pocos también pudieron regresar a operar o reinventarse y abrir un lugar más chico con menos personal.

Un golpe brutal a las finanzas.

Auméntele la crisis económica inflacionaria.

Todo es mucho más caro y los sueldos son los mismos, o los ingresos bajaron significativamente.

En Puebla el alcalde Eduardo Rivera Pérez, sin ninguna empatía con los empresarios de ese sector, anda clausurando todos los restaurantes que se le pongan enfrente a sus inspectores. El presidente de la Canirac, Carlos Azomoza informó que el Ayuntamiento de Puebla ha hecho de cinco a diez clausuras por semana.

Carlos Azomoza explica que si el restaurante cierra, después de una gran crisis económica, no percibe ingresos y no podrá pagar los requerimientos del Ayuntamiento, y jamás volverá a abrir. Tiro de gracia al sector.

La Canirac pide prórrogas y facilidades, empatía. Quizá don Lalo no haya tenido un negocio nunca, y no sepa lo difícil que es en épocas normales sacarlo a flote, y mucho menos con la situación tan dura que se vivió en la pandemia y se vive con la crisis económica.

Pero don Lalo sabe de la autoridad que presiona, que persigue, que acosa, que afecta. Qué mejor que darle las facilidades de pago, generar prosperidad, ser un aliado del ciudadano, darles lo que piden, armonía autoridad municipal-ciudadano.

Qué necesidad de ser un gobierno autoritario, lo mismo da que sea un señor de los bolis, el del carrito de hot dogs, la trabajadora de la calle, o el gran empresario dueño del restaurante.

Si fueran otras épocas quizá habría sentido en la siguiente frase: estamos para cumplir con la norma. Después de dos años de una crisis económica brutal y épocas de inflación y baja en el poder adquisitivo, es un sinsentido.

Abracen al alcalde, denle amor.

Dios ilumínalo y otorgale el don de la misericordia.

Lo bueno es que no tengo algún negocio en Puebla, eso me da tranquilidad.

Nos leemos queridos lectores.

Gracias por leer mis artículos.

Los amo.

@patycoen

Paty Coen