La depresión... una enfermedad de nuestros tiempos

Salud y orientación
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Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno puede liberarse voluntariamente...

Últimamente se ha escuchado mucho esta palabra, en las estadísticas se manejan cifras sorprendentes, donde se habla de un impresionante crecimiento en todo el mundo, se dice que es la enfermedad de nuestros tiempos y del futuro.

Creo, que es un término que se ha manoseado mucho, hay gente que se dice deprimida y lo que tiene es una profunda tristeza o un descontento crónico, y están las que en verdad tienen depresión y no lo saben y lo que es aún peor sufren innecesariamente, al igual que sus familias, ya que afortunadamente es curable.

Sin embargo aunque aparentemente es una enfermedad moderna, hay datos donde los griegos ya la padecían y diagnosticaban como melancolía. Está referenciada en numerosos escritos y tratados médicos de la antigüedad, Hipócrates ya la definía como “bilis negra”. Aunque fue hasta 1725 que el inglés Sir Richard Blackmore la rebautiza con el nombre actual de depresión.

Toda persona tiene fluctuaciones del estado anímico y la tristeza ocasional es una emoción normal. Las tensiones normales de la vida pueden llevar a las personas a sentirse tristes de vez en cuando. En cambio, la depresión es algo más que sentirse melancólico, triste o de mal humor de tanto en tanto. La depresión es un estado de ánimo intenso que involucra tristeza, desánimo, desesperanza o desesperación; que dura semanas, meses o incluso más, y que afecta la capacidad de la persona de realizar sus actividades habituales.

Cuando una persona sufre de depresión, el mundo parece sombrío, y los pensamientos de esa persona reflejan la desesperación y el desamparo que siente. Las personas con depresión tienden a manifestar pensamientos negativos y autocríticos. Algunas veces, más allá de su valor real, pueden sentirse inútiles y no queridas.

La depresión puede nublarlo todo y hacer que hasta los pequeños problemas parezcan abrumadores. Las personas deprimidas son incapaces de ver un futuro brillante y se sienten sin fuerzas para cambiar las cosas por lo que les resulta imposible mejorar. Pueden sentir deseos de darse por vencidos. Pueden llorar por cosas sin importancia o incluso sin ninguna razón.

A causa de sus profundos sentimientos de tristeza y de su poca energía, las personas con depresión a veces se alejan de las personas que los rodean o de las actividades que alguna vez disfrutaron. Esto sólo hace que se sientan más solos y aislados, lo cual empeora la depresión.

¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?

La depresión (del latín depressus, que significa "abatido", "derribado") es un trastorno emocional que se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser transitorio o permanente. El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas (enfermedad) que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida.

Su origen es multifactorial, aunque hay que destacar factores desencadenantes tales como el estrés y sentimientos (derivados de una decepción sentimental, la contemplación o vivencia de un accidente, asesinato o tragedia, el trastorno por malas noticias, pena, y el haber atravesado una experiencia cercana a la muerte).

También hay otros orígenes, como una elaboración inadecuada del duelo o incluso el consumo de determinadas sustancias (abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas) y factores de predisposición como la genética o un condicionamiento educativo.

La depresión puede tener importantes consecuencias sociales y personales, desde la incapacidad laboral hasta el suicidio.

Desgraciadamente, muchas personas no saben que la depresión es una enfermedad tratable.

Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno puede liberarse voluntariamente.

TIPOS DE DEPRESIÓN

Depresión severa - La depresión severa se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras. La depresión severa no es una tristeza pasajera. Si no se trata, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. Este tipo de depresión causa serios problemas de pensamiento, comportamiento, estado anímico, actividades y salud en la persona.

Distimia o depresión leve. La distimia, un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas crónicos a largo plazo, que no incapacitan tanto, sin embargo impiden el buen funcionamiento y el bienestar de la persona. Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida.

Trastorno bipolar - Otro tipo de depresión es el trastorno bipolar, llamado también enfermedad maníaco-depresiva. No es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo (depresión). Si la manía se deja sin tratar puede empeorar y convertirse en un estado sicótico (el paciente pierde temporalmente la razón).

Depresión posparto - Las mujeres deben de estar alertas de cambios mentales que pueden ocurrir durante el embarazo y después del parto. El cambio hormonal hace que de tres a cuatro días después del parto, haya cambios de temperamento, el llorar repentinamente y los problemas de concentración. Estos síntomas desaparecen por lo regular diez días después del parto. Pero si se prolongan o se intensifican, se le llama depresión posparto y puede necesitar ayuda médica. Estudios sugieren que las mujeres que experimentan una depresión mayor después del parto frecuentemente tuvieron anteriormente episodios depresivos aún cuando quizá no hayan sido diagnosticados y tratados. 

SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN Y MANÍA

No todas las personas que están en fases depresivas o maníacas padecen de todos los síntomas. Algunas padecen de unos pocos síntomas, otras tienen muchos. La gravedad de las manifestaciones varía según la persona y también puede variar con el tiempo.

Síntomas de la depresión

Éstos son algunos de los síntomas que las personas manifiestan cuando están deprimidas:

  • Estado de ánimo deprimido o tristeza la mayor parte del tiempo (para la que no parecería haber motivos)
  • Disminución de energía, fatiga, agotamiento, sensación de estar "en cámara lenta" y sensación de cansancio permanente
  • Incapacidad para disfrutar de cosas que antes provocaban placer
  • Desinterés por estar con amigos y familiares
  • Irritabilidad, inquietud, enojo o ansiedad
  • Incapacidad para concentrarse, recordar y tomar decisiones
  • Pérdida o aumento considerable de peso
  • Cambios considerables en los patrones de sueño (incapacidad para dormirse, permanecer despierto o levantarse por la mañana) Insomnio, despertarse más temprano o dormir más de la cuenta        
  • Sentimientos de culpa o de inutilidad
  • Achaques (aunque físicamente todo esté bien)
  • Pesimismo e indiferencia (no darle importancia a nada ni en el presente ni a futuro)
  • Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento médico, como dolores de cabeza, trastornos digestivos y otros dolores crónicos
  • Pensamientos de muerte o suicidio; intentos de suicidio

Síntomas de la manía:

  • Euforia anormal o excesiva
  • Irritabilidad inusual
  • Disminución de la necesidad de dormir
  • Ideas de grandeza
  • Conversación excesiva
  • Pensamientos acelerados
  • Aumento del deseo sexual
  • Energía excesivamente incrementada
  • Falta de juicio
  • Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales

Cuando alguien tiene cinco o más de estos síntomas la mayor parte del tiempo durante dos o más semanas, esa persona probablemente está deprimida. A veces, las personas atraviesan ataques en los que estos síntomas son realmente intensos; otras veces, estos mismos sentimientos pueden estar presentes a una menor escala todo el tiempo durante años. Algunas personas sólo tienen un episodio depresivo, o pueden llegar a tener más de uno después de haberse sentido mejor por un tiempo. Esto sólo lo puede diagnosticar un médico.

CAUSAS DE LA DEPRESIÓN

El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores genéticos, biológicos y psicosociales.

Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en cada generación, han encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de quienes no se enferman. Sin embargo, no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al parecer, hay otros factores adicionales que contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio. Y una combinación de baja autoestima y estrés.

La depresión se da en la mujer con una frecuencia que es casi el doble de la del varón.  Factores hormonales podrían contribuir a la tasa más alta de depresión en la mujer.

Aunque la depresión en general es inferior entre los varones, la tasa de suicidio consumado en ellos es cuatro veces más alta que en las mujeres. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre.

CONSEGUIR AYUDA

La depresión es uno de los problemas emocionales más habituales. La buena noticia es que también es una de las afecciones más curables. Hay profesionales que pueden ayudar. De hecho, aproximadamente el 80% de las personas que reciben ayuda por su depresión tienen una mejor calidad de vida: se desenvuelven mejor y disfrutan de una manera que antes les resultaba imposible.

El tratamiento de la depresión puede incluir psicoterapia, medicación o una combinación de ambas.

Las personas con depresión no deben esperar con la esperanza de que todo pase por sí solo, porque la depresión puede ser tratada con muy buenos resultados. Los amigos u otras personas deben intervenir si alguien parece estar sufriendo una depresión severa y no está recibiendo ayuda.

Quienes se encuentran muy deprimidos y quizás estén pensando en herirse a sí mismos o en el suicidio deben recibir ayuda cuanto antes. Cuando la depresión es tan severa, se trata de una verdadera emergencia médica y debe notificarse a un médico.

Si bien es importante brindarle apoyo, intentar levantarle el ánimo o razonar con él o ella, es probable que eso no funcione a la hora de ayudar a que los sentimientos suicidas o de la depresión desaparezcan. La depresión puede llegar a ser tan fuerte que supere la capacidad de la persona de hacer uso de la razón. Lo más importante que puede hacer una persona con depresión es obtener el tratamiento adecuado. 

EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA Y TRATAMIENTO

El primer paso para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico, entrevista del paciente y análisis de laboratorio. Si causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o dirigir al paciente a un psiquiatra o psicólogo.

La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. Así como medicina alternativa como la homeopatía, acupuntura, etc. En los últimos años, el uso de hierbas para el tratamiento tanto de la depresión como de la ansiedad ha generado un gran interés. La planta conocida popularmente como hierba de San Juan (el nombre científico es Hypericum perforatum) es una hierba muy utilizada en Europa para el tratamiento de la depresión moderada, y ha captado recientemente la atención de los investigadores de todo el mundo.

La depresión (y el sufrimiento que acompaña a la depresión) es real. La depresión no implica que la persona esté "loca". Así como algo puede funcionar mal en otros órganos del cuerpo, también puede funcionar mal en el órgano más importante de todos: el cerebro. Afortunadamente, la mayoría de las personas que obtienen ayuda para su depresión logran llevar adelante una vida satisfactoria; lo más importante, pueden disfrutarla y sentirse mejor con respecto a sí mismos. 

Laura Patricia Moisés Julián